Qué es la dieta extrema
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En el ajetreado mundo actual, todo sucede a velocidad de vértigo. Desde la comida rápida hasta las dietas rápidas, no todas las soluciones son tan sencillas como parecen. Los verdaderos cambios llevan su tiempo, sobre todo cuando se trata de perder peso y mejorar la salud. Si las dietas rápidas parecen demasiado buenas para ser verdad, es porque suelen serlo y pueden tener graves consecuencias para la salud.
Muchas personas que siguen dietas de choque reducen drásticamente su ingesta de alimentos. Esto puede provocar que el cuerpo se quede sin los nutrientes que necesita para mantenerse sano. Cuando reducimos el consumo de alimentos, inevitablemente estamos renunciando a las vitaminas y minerales que éstos contienen.
Las personas que siguen una dieta de adelgazamiento rápido corren el riesgo de perder masa corporal magra. Dado que el peso que perdemos también procede de los músculos y los huesos, perder demasiado en poco tiempo o mantener una dieta extremadamente baja en calorías puede provocar una pérdida de fuerza y fragilidad ósea.
Aunque el metabolismo rápido se asocia a menudo con la pérdida de peso, las dietas de choque pueden hacer que el metabolismo de una persona se ralentice, con el consiguiente aumento de peso en el futuro. Esta es una de las razones por las que una dieta de choque para perder peso conduce a dietas yo-yo y a sentimientos de decepción -o culpa- por haber recuperado los kilos perdidos.
Efectos secundarios de las dietas extremas
POR: Anna Guerdjikova, PhD, LISW, CCRC, Lindner Center of HOPE, Directora de Servicios Administrativos, Programa de Trastornos Alimentarios de la Fundación Harold C. Schott Universidad de Cincinnati, Departamento de Psiquiatría, Profesora Adjunta de Investigación
Se calcula que 45 millones de estadounidenses hacen dieta cada año y gastan 33.000 millones de dólares anuales en productos para perder peso. WebMD enumera más de 100 dietas diferentes, empezando por la dieta del mango africano, pasando por las dietas South Beach y Mediterránea y terminando con la Zona. La mayoría de las dietas, independientemente de su naturaleza, producen una pérdida de peso a corto plazo que no es sostenible. Los ciclos de pérdida de peso o la pérdida de peso recurrente a través de dietas y la posterior ganancia de peso (efecto yo-yo) pueden ser perjudiciales para la salud mental y física, tanto para las personas con peso saludable como para las personas con sobrepeso. Además, las fluctuaciones de peso se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 e hipertensión arterial.
La palabra “dieta” tiene su origen en la palabra griega “diaita”, que significa literalmente “manera de vivir”. En el lenguaje contemporáneo, hacer dieta es sinónimo de solución rápida para una abrumadora epidemia de obesidad. Hacer dieta implica restricción, limitación de comidas y bebidas placenteras, y a pesar de no tener ningún beneficio, la omnipresente mentalidad de hacer dieta sigue siendo la norma.
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Las dietas extremas son peligrosas. El entorno social actual está marcado por una percepción diferente de la belleza, que puede atribuirse en gran medida a la publicidad y a los medios de comunicación que presentan un tipo de cuerpo “ideal”, obligando así a los jóvenes vulnerables a encajar en un “molde aprobado por la sociedad”.
Perder peso y conseguir un tipo de cuerpo ideal ocupa un lugar destacado en la lista de cosas por hacer de la mayoría de la gente, ya sea un propósito de Año Nuevo, la planificación de un gran acontecimiento o las vacaciones. Un peso saludable es crucial para la longevidad, pero, por desgracia, la industria de las dietas se nutre del deseo de la gente de perder peso lo más rápido posible, sin esforzarse.
En su afán por perder peso rápida y fácilmente, la mayoría de la gente decide hacer una dieta extrema. Las dietas extremas consisten en reducir la ingesta de calorías para perder mucho peso en poco tiempo, empujando al cuerpo más allá de sus capacidades. En general, los hombres necesitan unas 2.500 calorías al día y las mujeres unas 2.000, dependiendo de la edad y el nivel de actividad. A las personas que padecen obesidad se les puede recomendar una dieta de control de calorías para alcanzar un peso saludable, pero bajo la aprobación y supervisión de un médico, y muchos dietistas sólo recomiendan perder uno o dos kilos a la semana. Aunque las dietas extremas pueden tener el efecto deseado, hay peligros para la salud asociados a una falta de calorías tan peligrosa. Si está pensando en hacer una dieta extrema, debe asegurarse de que conoce bien los riesgos para la salud y los efectos secundarios de reducir las calorías y restringir la elección de alimentos.
Ejemplos de dietas extremas
Ser obeso no es bueno para la salud. Las campañas a favor de un estilo de vida saludable siempre han hecho hincapié en la necesidad de mantener nuestro peso dentro de unos límites aceptables, y con razón. Sin embargo, la pérdida de peso no es un plato de un solo sabor; hay muchas formas de alcanzar este objetivo. Por lo tanto, más nunca es mejor. En lo que respecta a la pérdida de peso, comer demasiado y demasiado rápido puede constituir un riesgo legítimo para la salud.
Decir que la pérdida de peso extrema no es buena sería quedarse corto. Más bien, ¡es francamente peligroso para tu cuerpo! La pérdida de peso extrema se define como una pérdida de más de 1 kg a la semana durante un periodo prolongado. En tales circunstancias, es poco probable que tu cuerpo pueda mantener el ritmo y es inevitable que aparezcan síntomas perceptibles. Algunos pueden parecer inofensivos a primera vista, como una ligera caída del cabello o una sensación de frío más frecuente. Pero otros efectos pueden ser muy perjudiciales para su salud física y mental a largo plazo.
Cuando se pierde peso, no sólo se pierde grasa, sino también músculo. La pérdida de masa muscular suele ir acompañada de una disminución del metabolismo, lo que desestabiliza aún más la proporción entre grasa y músculo. Unos músculos más débiles se traducen en más molestias en actividades cotidianas como llevar la compra pesada o subir las escaleras. Aunque el número en la báscula acabe pareciendo más bonito, su calidad de vida puede no ser tan halagüeña.